Intruso escondido captado por cámara térmica
Las cámaras térmicas son la solución mas eficaz en sistemas de vídeo vigilancia y detección
Las cámaras térmicas han conseguido hacerse un espacio propio en las instalaciones de seguridad, sobre todo en sistemas de protección perimetral, vigilancia de grandes áreas y soluciones con análisis de vídeo.
Ninguna otra tecnología permite detectar intrusos a larga distancia de forma tan efectiva y discreta, en total oscuridad y en prácticamente cualquier condición meteorológica, incluso con lluvia, nieve, niebla o humo. Ahora, la aparición de modelos a precios más económicos y con mejores prestaciones, ayudan a optimizar la inversión en seguridad y protección, también para zonas residenciales y domicilios particulares.
Una de las ventajas de instalar cámaras térmicas, además del ahorro en el coste de los sensores, es que permiten reducir el mínimo de cámaras necesarias para cubrir un perímetro o área extensa. Además, sería imposible alcanzar la misma efectividad de detección, no sólo porque las cámaras de vigilancia convencionales tienen distancias de alcance menores sino porque los objetivos pueden ocultarse o confundirse fácilmente en fondos difusos o sombras. Las cámaras térmicas pueden “ver” intrusos donde las cámaras visibles o el ojo humano no consiguen ver nada.
Para valorar el alcance de una cámara térmica deben tenerse en cuenta diferentes variables como el tipo de cámara utilizada, la óptica, la naturaleza y el tamaño del objeto, las condiciones atmosféricas y la diferencia entre los conceptos: detección, reconocimiento e identificación.
Para aplicaciones con análisis de vídeo es recomendable tomar como referencia la distancia de reconocimiento que, aunque suele ser menor que la de detección, a la larga resulta más fiable. La distancia de detección es demasiado crítica para un buen análisis de vídeo, lo que podría generar un alto número de falsas alarmas e incluso omitir potenciales amenazas por falta de definición.En cuanto a la óptica y su distancia focal, su comportamiento es similar al de las cámaras de vídeo tradicionales; esto es, cuanto mayor es la distancia focal, mayor es la distancia de alcance.
Teniendo en cuenta los aspectos comentados: bajada de precio, sensores híbridos y largas distancias de alcance, las cámaras térmicas son indiscutiblemente la solución más rentable en términos de rendimiento y coste, especialmente cuando se integran con sistemas de análisis de vídeo para protección perimetral y vigilancia de áreas.
Por su propia naturaleza, las cámaras térmicas generan imágenes con mayor contrate y nitidez, incluso en condiciones de baja iluminación donde las cámaras día/noche corren el riesgo de generar imágenes subexpuestas o con ruido. El alto contraste de las imágenes térmicas y su habilidad para ofrecer imágenes nítidas de igual calidad tanto de día como de noche mejoran el rendimiento de los motores de análisis de vídeo y ayudan a los operadores a detectar inmediatamente cualquier amenaza potencial. Asimismo, las imágenes térmicas permiten reducir el número de falsas alarmas provocadas por elementos secundarios de la imagen como sombras, movimientos de ramas y hojas, reflejos, charcos o gotas de lluvia, ya que este tipo de elementos generan alarmas en imágenes de vídeo convencionales, pero pasan desapercibidos en imágenes térmicas porque no suponen cambios de temperatura.
En definitiva, todas estas ventajas no hacen sino confirmar la idoneidad de las cámaras térmicas para aplicaciones de protección y vigilancia.
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